Continuamente se escucha en los medios a políticos de relumbrón reclamar «diálogo»
sobre temas controvertidos y escabrosos. Lo indecente del asunto es que quien propone
un «diálogo» en realidad quiere decir: «te voy a contar como quiero que se
hagan las cosas y punto, no hay nada más que hablar sobre el tema». El tono y
las formas de reclamar «diálogo» son diáfanas, de dialogar nada, de imponer
todo, como mucho, intercambiar puntos de vista, pero sin ninguna voluntad de
profundizar en ellos.
miércoles, 18 de junio de 2014
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