Me tocan las pelotas los mochileros, uno se los encuentra por todos los rincones del metro de Madrid dando bandazos a derecha e izquierda mochila a la espalda, amargando el viaje al resto de los viajeros. Los hay de dos tipos, el currante embotado, de macuto pequeño y casi escolar, justo para el almuerzo y alguna ropa de repuesto. Es tan corto de miras que no es capaz de ver como el resto de sus congéneres agarran la mochila antes de entrar en el tren para acomodarse sin molestar a nadie. No, entran empujando de costado, aplastando a quienes tienen detrás, y con tal cara de inocencia que no podría ser menos real.
Otra raza son los mochileros de viaje. Con grandes mochilas llenas de equipaje a las que se añaden bolsas de mano y algún que otro paquete más. Estos, literalmente, arrasan con todo lo que tienen por delante, a los costados y por detrás, se saben molestos, y hacen como que no se dan cuenta, pero el aura de hostilidad que despiertan a su alrededor basta para helar el infierno.
Una raza emparentada son las portadoras de bolsos rígidos, firmemente agarrados bajo el sobaco para evitar a los mangantes, también reparten lo suyo clavando ángulos afilados en pechos y costillas ajenos, ajenas, propiamente, a toda esa agresión.
Así se les rompan las correas y se desparrame en un andén abarrotado en hora punta el contenido de bolsos, macutos y mochilas.
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3 comentarios:
Creo que aún más que a los mochileros le tengo manía a los descerebrados que van escuchando música a todo trapo con el móvil y/o enseñando a los colegas las últimas idioteces que se ha bajado.
Desde que todo el mundo hace lo que le sale de los güevos en el Metro yo he vuelto al sano deporte de meterme el dedo el nariz y contemplar las pelotillas. No molesto a nadie y a mí me da gustito.
Ahí le has dao. Esa es una plaga peor todavía.
A los nochileros y politonos hay que sumar los profesionales de coger sitio para sentarse. Estos se abalanzan sobre un asiento libre sin tener en cuenta si hay una mujer embarazada, un anciano o un niño. También hay que acabar con esa especie.
Y por supuesto, a los que no respetan así les maten EL DEJAR SALIR ANTES DE ENTRAR. Esta subespecie además es violenta y se molesta sobremanera si se le dice algo.
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