jueves, 17 de julio de 2008

Deterioro del contexto económico, Crisis o Me cago en el Euribor

Yo de economía no tengo ni pajolera idea, veo, miro, me sorprendo y cuando creo haber comprendido algo, llega el ilustrado de turno a decirme que no, que es justo un cuarto de vuelta de cómo lo he entendido.

Pero lo que si tengo claro es que el dinero es cobarde y que el dinero llama al dinero. O por decirlo de otra forma, la mitad de la "crisis" que tenemos encima no es tal crisis, sino puro pánico provocado por las predicciones agoreras, las declaraciones ambiguas y una enorme montaña de intereses espurios.

Que el petróleo está por las nubes y que la burbuja inmobiliaria ha reventado como un globo de feria son datos objetivos, y no se muy bien si relacionados. El combustible que mueve esta sociedad está más caro y, por definición, llevar y traer cosas también, lo que repercute en los precios, que suben y suben.

Lo de la "constru" se veía venir desde hacía un montón de años. Las gentes de buen criterio (expertos o no) se hacían cruces con los precios imposibles de los pisos y la fiebre constructora, anunciando que eso se iba a acabar antes o después, como así ha sido. De hecho tengo la sospecha que este batacazo se esperaba para hace tres o cuatro años, la desaparición de la vida pública de aclamados próceres de la política y la economía me lo hacían sospechar. El caso es que cuando esto se ha ido al carajo ha sido ahora, y no antes, de modo que ya son especulaciones ociosas.

La cuestión es que las posibilidades de inversión "garantizada" ha disminuido enormemente, los costos han aumentado también un montón, y quien tiene pasta no está dispuesto a arriesgarla en alegres aventuras. Eso reduce el dinero en circulación, lo que implica que su valor sube, es decir, hay inflación, que unido a la limitación de gastos innecesarios, repercute en todas las áreas de la economía.

Esto de por si ya es malo, pero si no hay pánico es una situación superable de forma razonable, aunque con las inevitables y no muy agradables consecuencias. El problema surge cuando los políticos meten mano en la economía. A ellos como vaya o deje de ir les importa un rábano si no favorece a sus propósitos, que no son otros que hacerse con la poltrona. Es entonces cuando la leal oposición empieza a pintar un panorama negro como una mina de carbón, exagerando todo lo que puede la situación y las consecuencias, desviando las causas reales hacia otras más convenientes para sus objetivos y creando de esta forma un clima de terror, muy alejado de la cautelosa preocupación que debería imperar. Por su parte el gobierno de turno minimiza la situación, y retuerce las verdades con medias palabras y malabarismos semánticos que acaban desconcertando al ciudadano, que ni entiende lo que le dicen, ni ve reflejado en lo poco que entiende su realidad del día a día.

Finalmente, entre unos y otros acaban por preparar un cóctel de exageraciones, engaños y medias verdades que no convence a nadie, que sólo provoca miedo y, como el dinero es cobarde, se retraen aún más la inversiones, se reducen aún más los gastos, y se entra en una espiral de pánico que no beneficia a nadie.

Como mucho, al político arribista.

2 comentarios:

Manuel Nicolás dijo...

Sanitarios Roca, Sony España, Spanair y Martinsa, anuncian sendos despidos masivos con ERE o sin ERE. Que alguien me explique, de estas empresas, que tiene que ver los vuelos de turistas, las televisiones y los váteres con la burbuja inmobiliaria.
Solo Martinsa es inmobiliaria. ¿Como que como el pisuerga pasa por Valladolid aprovechamos y despedimos a 500 tíos?.
Pánico, miedo y oportunismo.
Lo de los políticos ya lo cuenta Paco Pepe. Yo solo quería recalcar la falta de coraje de las empresas, que se supone levantan y enriquecen las economías de los países.

fjsi dijo...

Hombre, lo de Roca es perfectamente lógico, si la constru se ha paralizado toda la industria auxiliar, desde la fabricación de puertas hasta la de sanitarios, pasando por los cristaleros, han visto igualmente paralizada la demanda de sus manufacturas y se encuentran con estructuras sobredimensionadas. Las empresas de vuelo de bajo coste han visto como los costes se les disparan con la subida del carburante, y Martinsa se metió a jugar al monopoli a lo bestia pensando que todo iba a seguir igual, y se ha encontrado con que nadie le compra el producto y por tanto no tiene líquido para hacer frente a las megadeudas que tiene encima.
En cualquier caso, lo del oportunismo para quitarse más gente de la necesaria seguro que está ahí.