jueves, 10 de julio de 2008

POR QUÉ ME GUSTA PÉREZ-REVERTE

Hay cosas que a uno le cuesta mucho explicar. En mi caso, me gustan los libros y las reseñas periodísticas de este señor. Personalmente y aunque no tengo el placer de conocerle, me parece arrogante, borde, parcial y ególatra. Sus opiniones, en más de los casos, me ponen ciertamente nervioso. Me cae mucho mejor, por poner un ejemplo, su amigo Juan Eslava Galán, a quien sí tuve el placer de conocer en una feria del libro y que me pareció una persona encantadora, educada, agradecida y con un gusto culinario excelente.
Y sin embargo, me compraría antes y a ciegas un libro del primero antes que del segundo. ¿Por qué?.
Lo curioso es que no me gusta todo lo que escribe. Ciertas novelas suyas me parecen “fallutas” (palabra de mi invención que proviene de una conjunción de las palabras fallida y puta). Y sin embargo otras me parecen auténticas obras geniales. Por ejemplo “La Reina del Sur”, sin ser un referente en la literatura castellana, me la leí de un tirón y me dejó sin aliento. Es como si un español rodara Uno de los Nuestros y encima le saliera bien. Otro ejemplo sería el relato “La Sombra del águila”. Por fin alguien que se atreve a hablar de una época histórica que no sea la guerra civil o la transición o la movida madrileña.
Lo que me atrae de sus novelas y de sus historias es que carece de complejos. Tiene amigos de izquierdas y de derechas, casi tanto como enemigos de ambos bandos. Le importa una higa lo políticamente correcto y es capaz de llamar cenutria a una ministra o tontolaba a un conductor que no le permite cambiarse de carril. Y al mismo tiempo puede ser leal con un travelo al que no ha visto en 15 años y comprensivo con un militar más franquista que Franco.
El caso es que podría contarles que este señor me gusta porque habla de cosas que me interesan. Cierto es que no siempre le sale bien, pero en muchas ocasiones coincido con lo que piensa y escribe.
Esta justificación absurda del porqué me gusta este autor, es casi la misma del porqué me gusta Heinlein, o por qué me pone cachondo la cabalgata de los Rohirrim, o por qué se me saltan las lágrimas cuando el facha de Errol Flynn se lanza a lo loco contra una batería de cañones rusos en la última carga de la caballería ligera.
Solo que este, el tal Pérez-Reverte, a pesar de ser un pesimista nato, un irremediable jacobino corta-cabezas y un insoportable misántropo, también es de aquí y al mismo tiempo ama a su país e insulta a todo hijo de vecino, no se sabe muy bien por qué. O sí se sabe, pero al menos tiene el coraje de decirlo.
Y por último, me gusta porque escribe lo que le sale del miembro/a. Lo mismo que me gustaría hacer a mí, pero no tengo ni los huevos ni los conocimientos necesarios para hacerlo.
Lo dicho. No es personalmente mi héroe y probablemente me daría de hostias si se cruzara en mi camino. Pero me gusta. Paradojas de la puta vida.

Manuel Nicolás Cuadrado

3 comentarios:

Mario Moreno Cortina dijo...

Errol Flynn no era facha, pese a todas las leyendas al respecto. Es más, no sólo no era facha sino que era un rojazo de mil pares de cojones y al final de su vida expresó públicamente su admiración por Fidel Castro. También mostró su adhesión a la causa de la II República.

Mirate esta entrada del IMDB:

http://www.imdb.com/title/tt0321867/

Eso sí, seguiría siendo mi héroe aunque se masturbase viendo "El triunfo de la voluntad" y "Raza". Llevar ese bigotito y mallas sin hacer el ridículo requiere mucho talento.

JMV dijo...

A mi también me gusta Pérez

Mario Moreno Cortina dijo...

La verdad es que no lo he leído. Si lo hubiera leído antes de que le hubiera visto abrir la boca incluso hasta me habría gustado, porque lo tiene todo para que me guste. Pero es que ese tono de "si no es por mí, España se hunde y sois todos unos ignorantes" me carga tanto, tanto, tanto...